jueves, 24 de septiembre de 2009

Google se convierte en "El malo de la pelicula"

Hace unos años, un ejecutivo de Google comentó a iProfesional.com que la empresa más popular de Internet ya comenzaba a prepararse para el momento en que se la observaría como el personaje malo de la película tecnológica, un papel que desde hace muchos años es protagonizado por Microsoft.

La compañía que fundó Bill Gates fue acusada y condenada por monopolio y robo de patentes en los Estados Unidos y Europa en diversas áreas, como por ejemplo, los navegadores de Internet. Mientras en la década del ’90 era vista como el héroe tecnológico, pasó a ser considerado en la década actual como el villano por su gigantismo y prepotencia.

En el último año, el buscador más popular de la Web comenzó a sufrir en carne propia esa visión y de a poco va perdiendo esa aura benévola que lo rodea.

Un poco de historia

El 7 de septiembre se cumplieron 11 años de la creación de una compañía fundada por dos estudiantes universitarios de 25 años, Larry Page y Sergey Brin. Se trataba de darle forma legal a un buscador de vínculos web que habían creado hacía unos años.

Los desafíos eran responder a las búsquedas que se realizaban y cómo obtener ganancias económicas de esta herramienta. Hoy los retos pasan por la pelea contra el Windows de Microsoft por los sistemas operativos a través de Google Chrome OS.

Google ya no sólo se enfoca en la organización de la información pública sino también en la privada, con Google Docs, y la generada por sus contactos. Y ambiciona llevar los anuncios de su plataforma publicitaria a la mayor cantidad de soportes.

Aunque por ahora falta un trecho para que repitan demandas como la que sufrió el gigante del software, “Estados Unidos contra Microsoft”, por su intento de evitar la competencia en el negocio de los sistemas operativos y los navegadores web, comienzan a verse indicios de una movida similar contra el buscador.

El éxito de Google se basa en gran parte en la confianza de los usuarios en sus productos, generada por el boca en boca y no se fundamenta en una gigantesca campaña paga de marketing (como el caso de Microsoft) o en productos de diseño de vanguardia y moderno (como ocurre con Apple). El buscador siempre apeló a una imagen juvenil, limpia y sencilla, con un foco primordial en los usuarios y su privacidad.

Pero del negocio de las búsquedas, Google pasó al de la publicidad asociada a esas pesquisas, y luego al correo electrónico (Gmail), los videos (YouTube), aplicaciones de oficina (Google Docs), mensajería instantánea (Gtalk), mapas (Google Maps), la fotografía (Picasa), imágenes satelitales (Google Earth), un sistema operativo para teléfonos móviles (Android), la digitalización de libros (Google Books), la navegación web (Google Chrome), la organización del tiempo (Google Calendar), plataformas de publicación (Blogger), redes sociales (Orkut) y las noticias (Google News).

Justamente este último negocio fue puesto en la mira recientemente: la autoridad antimonopolio italiana abrió una investigación a Google por un supuesto caso de abuso de posición dominante en su servicio de búsqueda de noticias.

La decisión de la Autoridad Garante de la Concurrencia y el Mercado (AGCM) llegó después de que la Federación Italiana de Editores de Periódicos (FIEG) denunciara que Google no les permite elegir el modo en el que quieren que se utilicen las noticias de sus páginas web.

Según la denuncia, los medios que no quieren aparecer en el servicio de noticias del buscador (news.google.it) quedan excluidos en forma automática de su motor de búsqueda.

Los periódicos denunciaron que la aparición de sus noticias en Google News reduce el tráfico de usuarios y anunciantes dirigido a sus propias páginas. Pero si eligen por no figurar en el servicio, son repudiados del motor de búsqueda más utilizado. Los medios quedan entre la espada y la pared: o Google publica sus noticias o no aparecen en su registro.

La autoridad antimonopolio quiere averiguar si todo esto puede acarrear “efectos de distorsión en el mercado publicitario en Internet”, una de las vías de sustento para los medios.

Libros bajo sospecha

En Europa, Google también está acusado de monopolio pero en el caso de los libros digitales. Cinco organizaciones que representan a editores, bibliotecas y titulares de derechos de autor del Viejo Continente enviaron la semana pasada una misiva al comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, para protestar por el modelo de negocio de Google Books, que consideran que vulnera los derechos de autor.

La plataforma ICOMP (Initiative for a Competitive Online Marketplace) -creada este año e impulsada por el gigante informático estadounidense Microsoft-, reclama a la Comisión Europea (CE) para encontrar “respuestas satisfactorias” a las "preguntas" que plantea el proyecto Google Books para digitalizar libros.

La Comisión convocó este mes una audiencia pública para debatir las posibles repercusiones del proyecto de Google, que ya ha llegado a un acuerdo con los editores y autores estadounidenses para que reciban el 63% de los beneficios que suponga la digitalización de sus obras.

En particular, ICOMP se pregunta por qué el acuerdo logrado por Google en Estados Unidos obliga a los autores y editores europeos a “decidir no participar en un trato para el que nunca se les consultó”, pero donde se les incluyó desde el principio.

También considera que dicho acuerdo, alcanzado con los autores y editores estadounidenses, no representa a los propietarios de derechos de autor del resto del mundo, y lamenta que el texto del mismo no esté disponible en todas las lenguas europeas.

Por otra parte, la plataforma se plantea “qué medidas” ha tomado Google para proteger los derechos de obras plásticas y fotografías "que no parecen estar en el alcance del acuerdo".

También cree que el registro de obras que pretende crear Google no aclara si cederá a otros competidores las licencias de libros “huérfanos” (aquellos cuyos autores son difíciles de determinar) o cuyos derechos no han sido reclamados.

En cuanto a la "concesión" de Google de no ofrecer libros de autores europeos que siguen disponibles en tiendas de su país, la plataforma considera que, para que tenga valor legal, debe ser incluida en el acuerdo.

El acuerdo también está siendo estudiado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos porque no dice la cantidad que Google podría cobrar a las bibliotecas, algunas de las cuales temen que el servicio se convierta en imprescindible y caro.

¿Fidelidad a corto plazo?

“Google sigue creciendo progresivamente en Internet, y no tiene mayor rival que él mismo y el riesgo de que los propios usuarios que rápidamente lo encumbraron a finales de los 90 y principios de esta década lo derriben, con esa facilidad que tenemos los seres humanos de levantar y destruir mitos”, advirtió el blog Google Dirson, que sigue las actividades del buscador. “Nuestra sociedad admira a los que consiguen éxitos empezando desde abajo y con humildad, pero comienza a temer y a odiar a los gigantes que lo ocupan todo”.

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